No hay mayor crimen que la dependencia de este mundo

 




El sufí árabe más importante después de la escuela de Basora se conoce como Dhu'l-Nun (año 859). Fue el fundador del misticismo musulmán en Egipto, y su tumba es un monumento destacado cerca de El Cairo. Attar lo describió como "un rey espiritual", pero informó que los egipcios lo acusaron de herejía y lo acosaron durante toda su vida. Fue denunciado ante el califa en Bagdad pero liberado cuando el gobernante observó su piedad; también fue encarcelado y luego liberado en La Meca. Acogió sus sufrimientos como un don de Dios, lo que produjo en él un éxtasis místico. Los milagros y las lecciones asociadas con él recuerdan la práctica cristiana de la mortificación de la carne, o dolor autoinfligido, que tuvo una influencia considerable en el Egipto islamizado.


Attar escribió que Dhu'l-Nun se inició en el estudio metafísico después de escuchar acerca de un santo que se colgó boca abajo de un árbol; el colgado habló para sí mismo, diciendo: "Mi cuerpo, si no obedeces los mandatos de mi espíritu, te daré muerte". Cuando Dhu'l-Nun preguntó por qué el santo se negaba a sí mismo, éste le respondió: "Mi cuerpo no logra permanecer alerta y permanentemente en adoración a Dios, por lo que lo castigo". Dhu'l-Nun comentó: "Pensé que habías sido sentenciado por asesinato o algún otro delito grave". El colgado respondió: "No hay mayor crimen que la dependencia de este mundo, y todo lo malo proviene de tal dependencia".


Extracto de : "The Other Islam: Sufism and the Road to Global Harmony" Stephen Schwartz

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